Cómo desarrollar la creatividad: 7 formas de estimular el pensamiento creativo

El pensamiento creativo se considera una de las habilidades clave del siglo XXI. Muchas personas creen que la creatividad es un talento innato, pero en realidad es un hábito que puede adquirirse e incluso mejorarse con acciones sencillas. Si quieres desarrollar tu capacidad creativa, en este artículo te dejaremos los 7 consejos a seguir.

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¿Por qué necesito ser creativo?

Si estás a punto de cerrar este artículo, pensando “soy técnico, no lo necesito”, toma en cuenta que la creatividad no siempre se refiere al arte. El pensamiento creativo es la capacidad para encontrar soluciones menos estereotipadas y ver cosas desde un ángulo diferente.

Aunque siguen siendo importantes las habilidades duras y conocimientos técnicos, las empresas dan más importancia a las habilidades blandas (soft skills en inglés), entre las cuales destaca la creatividad. La creatividad está dentro del top 10 de las soft skills más demandadas por LinkedIn, ya que algoritmos y soluciones automatizadas aún no son capaces de reemplazar a una persona creativa. Gracias a una demanda creciente de productos y servicios personalizados, el enfoque individual y las soluciones no estandarizadas se valoran cada vez más.

¿De qué se trata la creatividad?

La creatividad no solo es la capacidad de generar grandes ideas, sino también es la necesidad de abordar tareas diarias de manera innovadora. La capacidad de pensar fuera de la caja a la hora de resolver problemas, y es lo que al final te llevará al éxito. Si actúas de manera estándar, la probabilidad de crecer profesional y financieramente es baja. Por lo tanto, ser creativo es ser competitivo.

La buena noticia es que la creatividad no es una unidad abstracta y se puede desarrollar como cualquier habilidad. Veamos qué estrategias, herramientas y ejercicios contribuyen al desarrollo del pensamiento creativo.

¿Cómo puedo desarrollar la creatividad?

1. Alterna entre tareas.

Recuerda la historia de Arquímedes, a quien se le ocurrió una solución al problema mientras estaba sentado en la bañera. O la de Einstein, a quien le gustaba tocar el violín entre sus reflexiones. Estos famosos entraban en un estado, conocido científicamente en inglés como mind wandering o divagación mental.

La divagación mental se considera un proceso importante en el pensamiento creativo, ya que nos permite encontrar conexiones no triviales entre ideas. Cambiar de una tarea a otra ayuda a tener una mirada fresca sobre el problema y encontrar una solución poco esperada. Así que sal a caminar durante 30 minutos por el parque, escucha tu música favorita o simplemente distráete limpiando tu casa, para luego volver a tu tarea.

2. Intercambia ideas en grupo.

Cuando se trabaja en un nuevo producto, se suelen organizar sesiones colectivas de lluvia de ideas. La efectividad de la lluvia de ideas se puede mejorar si cada uno de los participantes presenta varias soluciones al problema. Aprovecha una reunión de brainstorming no solo para generar opciones, sino también para seleccionar las mejores ideas de la lista. En este caso, durante el trabajo en grupo, los participantes pueden darle forma a una de las ideas seleccionadas.

3. Comunícate con los niños.

Los niños son los creadores más sinceros y fructíferos. No se limitan con el peso de su propia experiencia e indecisión, no les da miedo la crítica o la condena, y son libres en su impulso creativo. Entrevista a un niño, pregúntale cómo resolvería un problema y te proporcionará soluciones sorprendentes. Además, la participación en un juego infantil te ayuda a estimular la creatividad.

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4. Observa.

La creatividad se activa con el análisis de las ideas ya materializadas. Mira series de televisión, películas y documentales, lee guiones, pon atención a los detalles y anota lo que recuerdes.

Pasa tiempo en las redes sociales, pero de forma inteligente. Las redes sociales son tu herramienta para aprender sobre los eventos más actuales, lugares de moda y comunidades, te servirán para inspirarte con los diseños y estilos de los demás, para escuchar nuevas ideas musicales y para ver formatos extraordinarios de arte.

Una forma infravalorada de desarrollar la práctica de la observación son los paseos por la ciudad. Explora tu ciudad en formato de juego: busca grafitis inusuales, toma fotografías de carteles divertidos o pancartas publicitarias y descubre los edificios históricos de la ciudad.

5. Prueba trabajar en una cafetería.

Una pequeña distracción como el ruido blanco aumenta la capacidad de pensar de manera abstracta, lo que lleva a la generación de ideas más creativas.

Según un estudio realizado por la Universidad de Columbia Británica, 70 decibelios de sonido de ambiente, equivalentes al nivel de ruido de una cafetería llena de gente, producen un efecto positivo en la creatividad y la productividad. Incluso si trabajas en una oficina cómoda y bien diseñada, lo más probable es que caigas en la rutina. El cerebro humano busca constantemente innovar y cambiar el entorno de trabajo ayuda a satisfacer esta necesidad a la vez que mejora la inspiración y aporta nuevos estímulos.

Será aún mejor si encuentras otras personas como tu, trabajando con sus laptops, eso te motivará más.

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6. Sigue aprendiendo.

El autodesarrollo es un hábito de las personas exitosas. Buscar nueva información, estructurarla y actualizarla entrena tu “músculo” creativo. Por ejemplo, para inspirarte escucha los consejos de los genios de creatividades tales como David Kelley, diseñador e ingeniero americano quien trabajó en Boeing y NCR y cuyas innovaciones fueron reconocidos por varias instituciones a nivel mundial.

7. Pon en práctica tu creatividad.

Ser creativo es un hábito que se desarrolla si lo practicas a diario. Establece tareas creativas para ti mismo todos los días y busca nuevas soluciones. Si haces que tu vida diaria sea un espacio de entrenamiento constante, podrás disfrutar de las ventajas y oportunidades de ver lo que todos ven, pero pensar lo que nadie más piensa.

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